LOS DATOS DEL DÍA
jueves, 4 de marzo de 2021
23x: LA TENTACIÓN ES VERLO

Hace tiempo que informar, formar y entretener, los tres principios de la televisión que se estudiaban en las facultades de comunicación, pasaron a un segundo plano. Es entendible, en la lógica de los tiempos y de mercado, que esta misión haya sido sustituida por la de complacer al mayor número de telespectadores y patrocinadores posible, ya que se traduce en el mayor número de millones de euros posible.

Es comprensible y sano que los gustos del público se vayan modificando y redefiniendo de generación en generación. Y que, con ello, el contenido de los medios se adapte a las realidades de aquellos quienes lo consumen. Así se ha mejorado la calidad del arte del cine, se ha ampliado la oferta de deportes que podemos seguir, informaciones con las que conectar y eventos de los que disfrutar a través de una pantalla, aun estando al otro lado del planeta. Y hasta aquí, todos salimos ganando.

Lo que, sin embargo, es preocupante, es hacia dónde tendemos. O hasta dónde estamos llegando por un puñado de billetes. Al menos, en un país en el que millones de personas están pendientes de un programa que no busca más que el morbo de la traición, la mentira y el dolor ajeno. Sí. Estoy hablando de ese programa que «no me gusta, pero veo para tener tema de conversación con mis compañeros de clase o de trabajo», que consiste en separar parejas en islas aisladas, llenas de tentaciones de testosterona y silicona, para tirar de la cuerda, a ver hasta dónde resisten.

Mi crítica esta vez no es hacia la empresa productora, que dejaría de emitir si no hubiera audiencia; ni hacia las parejas participantes, que sus motivos tendrán. Sino hacia nosotros mismos que, no solamente toleramos este tipo de entretenimiento, sino que lo promovemos con nuestras visualizaciones, comentarios y búsquedas en internet. Nosotros, que tenemos unos principios de solidaridad férreos, que defendemos la familia por encima de todo y que tenemos el amor como eje de nuestras vidas. Nosotros, a quienes no nos divierte el dolor ajeno. Nosotros, que nunca motivaríamos a nuestros amigos o amigas a engañar a su pareja. Nosotros que, sobre todo, no deseamos a nadie el sufrimiento que provocan una ruptura, el abandono, la mentira, el desengaño o el corazón roto. Nosotros, que nos sabemos muy bien la teoría. Pero que, al llegar a casa, en la práctica, nos sentamos a mirar cómo personas reales se mienten, se engañan y se dañan. Y lo comentamos. Y lo fomentamos.

Quizás tensar la cuerda nos parezca divertido, a través del mando a distancia, sentaditos en el sofá. Pero no perdamos de vista que las que tiran con fuerza son nuestras manos. Que las personas al otro lado de la pantalla son reales. Que de ahí cuelgan nuestros valores (porque vemos lo que queremos ver) y que, si la cuerda se rompe, nos caemos todos.

PREGUNTAS PARA EL DIÁLOGO
  • ¿Crees que no solo toleramos este tipo de entretenimiento, sino que lo promovemos con nuestras visualizaciones, comentarios y búsquedas en internet?
ORACIÓN

Dios, decir Tú
es romper círculos y prisiones,
prenderme a tus alas para vivir libertades,
llamar tu atención osadamente
y reconocer que me quieres e intento quererte.

ANIMADOR DE LA ORACIÓN TODOS
SAN JUAN BAUTISTA DE LA SALLE RUEGA POR NOSOTROS
¡VIVA JESÚS EN NUESTROS CORAZONES! ¡POR SIEMPRE!